LA BIBLIOTECA COMO HERRAMIENTA EN SITUACIONES DE RIESGO
domingo, 14 de febrero de 2016
lunes, 12 de octubre de 2015
BIBLIOTERAPIA EN SITUACIONES DE RIESGO
Según la Real academia Española, Riesgo es la posibilidad de que se produzca un contratiempo o una desgracia, de que alguien o algo sufra perjuicio o daño. Situación en que puede darse esa posibilidad.En este sentido todos las personas somos vulnerables a sufrir algún evento natural o psicológico que pudiera afectarnos tanto física como emocionalmente. Se ha evidenciado mediante estudios académicos casos en los cuales la biblioteca en manos de un personal multidisciplinario ha prestado ayuda a niños abusados sexualmente o que han pasado por un trauma grave familiar, obteniendo resultados muy favorables. La mayoría de las personas afectadas demostraron interés por el tema que explica su situación, encontrar su forma de resolverla y en otros casos la lectura ayudó a drenar sus emociones traumática. No obstante la función de la biblioteca de modo primordial debe ser preventiva, estudiar y difundir temas que pueden disminuir el riesgo o la vulnerabilidad en la población.
Esta experiencia ha sido traspolada a situaciones de desastre o situaciones que la Organización Mundial de la Salud define como: Un acto de la naturaleza cuya magnitud da origen a una situación catastrófica.
En ella, súbitamente se alteran los patrones
cotidianos de la vida y la gente se
ve hundida en el desamparo y en
el sufrimiento. Como resultado
de ello, las víctimas necesitan
víveres, ropa, vivienda, asistencia
médica y de enfermería, así como
otros elementos fundamentales
para la vida y para la protección
contra factores y condiciones
ambientales desfavorables, los
cuales, en la mayor parte de los
casos, deben provenir de áreas que
estén fuera de la zona de desastre. Por lo cual el personal calificado debe trasladarse al sitio del evento.
Este concepto pone de manifiesto
dos ideas: primero, que todo
desastre origina una alteración
en el patrón de vida cotidiano,
con un número determinado de
víctimas que necesitan atención
médica inmediata; segundo, que se
requiere de una asistencia pronta
por parte de la misma comunidad
o poblaciones situadas en otros
lugares.
Por otra parte, para la Cruz
Roja Internacional, el término
“desastre” implica un incidente
de gran magnitud, por ejemplo un
huracán, tornado, tormenta, marea,marejada, sismo, ventisca, peste,
hambruna, explosión, el derrumbe
de un edificio, el hundimiento de
un medio de transporte o cualquier
otra situación que provoque
sufrimiento humano, o genere
necesidades que las víctimas no
puedan cubrir sin auxilio.
Con base en estas definiciones,
se puede afirmar que un desastre
es un acontecimiento que altera
el comportamiento normal de
las personas, ocasiona muertes,
desamparo, traslados forzosos,
dolor y alteraciones físicas y
emocionales al grupo humano
afectado por el evento. Esta
situación sobrepasa la capacidad
normal de la persona o de la
sociedad para hacerle frente, por
lo que se debe recurrir a la ayuda
externa.
Unicef ha trabajado en lugares afectados con personal especializado incluyendo bibliotecarios, realizando cuenta cuentos sobre los eventos a los niños escolares de menor edad y brindando a los mas grandes los conocimientos que le puedan explicar su realidad y la forma más adecuada para salir de ella, proporcionándole las herramientas, el rescate, la recuperación a
corto plazo y la recuperación a
largo plazo.
Es necesario que en las bibliotecas se desarrollen programas para adiestrar, educar y fortalecer a los habitantes de ciudades vulnerables a situaciones naturales. No obstante en los desastres de
inicio rápido, esta primera etapas permanecen ausentes (la
advertencia y la amenaza), sin embargo la fase de impacto suele
intensificarse. Durante la etapa de advertencia,
algunas reacciones que se han
manifestado en las poblaciones
amenazadas, pueden ser: Apremio, vigilancia y preparación
decrecientes, creencia
perseverante en la realidad del
impacto del desastre. Acumulación de la ansiedad y el
temor, con negación defensiva
del peligro.
La biblioteca debe ser algo más que un espacio aburrido de lectura, sino buscar la transformación de la realidad mediante la intervención. Conocer y difundir en la comunidad las situaciones de riesgos naturales y sociales, para obtener hombres y mujeres seguros de si mismos.
La biblioteca debe ser algo más que un espacio aburrido de lectura, sino buscar la transformación de la realidad mediante la intervención. Conocer y difundir en la comunidad las situaciones de riesgos naturales y sociales, para obtener hombres y mujeres seguros de si mismos.
BIBLIOGRAFIA:
Análisis: Biblioteca y la situación actual
Para nadie es un secreto que nuestro país registra unos índices de hábitos de lectura muy precarios por debajo incluso de países con similares niveles de desarrollo, lo cual se evidencia por ejemplo en evaluaciones a los estudiantes quienes adolecen de una real competencia comunicativa. Los planes desarrollados por el gobierno para contrarrestar esta problemática han sido relevantes, sin embargo ha faltado una política social integradora que sea efectiva y que, en consecuencia ofrezca una mayor cobertura atendiendo todas las regiones.
El dominio de la lectura en una herramienta vital en el mundo
moderno; pues permite al hombre, generar una actitud crítica, reflexiva y de
superación personal que conlleva a la búsqueda de oportunidades.
Las bibliotecas son escenarios de importancia sustantiva para la
búsqueda del conocimiento y el desarrollo de una sociedad, ya que ponen al
servicio de la comunidad los libros y demás medios culturales sobre todo en las
zonas más apartadas y con problemas de acceso. Nos proporcionan herramientas
que nos habilitan para conocer e interpretar mejor y de manera autónoma nuestro
entorno social.
Pese al incremento de bibliotecas públicas en el país en los
últimos años, la mayoría no se encuentran actualizadas. En las cuales la mayoría de los textos son obsoletos, aunque debemos destacar que siempre existirán textos clásicos, la mayoría pierde vigencia para los trabajos de grado.
Es muy importante que los docentes fomenten desde sus espacios el amor por la lectura, aunque la tecnología cada vez más obliga a los jóvenes a comunicarse de forma digital, se escribe como se escucha y no se respetan a menudo las reglas ortográficas. Lo que también es un indicador que la labor docente es orientar y motivar hacia el uso adecuado de la tecnología.
LA BIBLIOTECA A TRAVÉS DEL TIEMPO
La primera biblioteca de la que se tiene constancia se situó en Caldea, región de la Baja Mesopotámia, actualmente Irak, hacia el 1700 a.C. (el Código de Hammurabi se escribió en torno al 1760 a.C.).
Los textos estaban escritos en sistema cuneiforme sobre tablillas de barro, para lo que usaban un punzón o piedras perfiladas. La primera biblioteca nacional fue financiada por Asurbanipal, rey de Asiria, en Nínive en torno al siglo VII a.C.
Sobre la colina del Aventino se construyó la biblioteca más antigua que se conoce en Roma. La mandó realizar Cayo Asinio Polión. César Augusto cró otra en el monte Palatino, en tanto construía la gran giblioteca Octaviana y otras públicas por el centro de la urbe… hasta alcanzar las trescientas en el siglo IV d.C.
Actualmente las bibliotecas mejor dotadas son las del Congreso de EE.UU. y la de Moscú, pero es importante recordar cuán importante son la situada en el corazón del British Museum o la actual de Alejandría.
Los textos estaban escritos en sistema cuneiforme sobre tablillas de barro, para lo que usaban un punzón o piedras perfiladas. La primera biblioteca nacional fue financiada por Asurbanipal, rey de Asiria, en Nínive en torno al siglo VII a.C.
Egipto contó con las suyas propias en Tebas y Menfis, pero la biblioteca por antonomasia en el país del Nilo fue la de Alejandría, fundada por Ptolomeo Soter en el siglo IV a.C., aunque también se dice que fue Alejandro Magno. En el siglo III a.C. ya contaba con 400.000 rollos múltiples y 90.000 únicos. Euclides y Eratóstenes estudiaron y discutieron entre sus paredes las teorías que los harían conocidos a la posteridad. Desgraciadamente, cuando César asedió la ciudad fue incendiada parcialmente, aunque su verdadero final llegaría con los disturbios de la crisis imperial en el siglo III d.C.
La biblioteca de Pérgamo también es otro símbolo del mundo antiguo. Fundada en el siglo II a.C. fue saqueada por Marco Antonio, quien regaló los volúmenes obtenidos a Cleopatra, reina de Egipto. Aquí, al contrario que en Alejandría, ya empezaría a usarse un nuevo soporte que tomaría su denominación de la ciudad donde se inventó: el pergamino. La biblioteca pública tuvo sus orígenes en Atenas en el 540 a.C., cuando Pisístrato decidió abrir el conocimiento a un mayor número de personas. Desde entonces, cada templo tuvo su biblioteca sagrada anexa. Platón y Aristóteles, en torno a sus instituciones, la Academia y el Liceo, tuvieron unas particulares. La obra de “El filósofo” fue conocida en occidente “gracias” a que un soldado romano descubrió cientos de sus pergaminos en tinajas en tiempos del dictador Sila (I a.C.)
En la Edad Media encontramos pocas bibliotecas destacables. La mayoría de volúmenes que nos han llegado hasta hoy fue gracias a las abadías, monasterios o palacios episcopales que realizaron copias o custodiaron con gran celo los originales del bajo Imperio. San Benito de Nursia, fundados de la orden benedictina fue uno de los protagonistas y estableció la obligada lectura monacal.
Algunas ciudades de la España musulmana, como Córdoba, tenían lujosas bibliotecas. Abd-el-rahmán III contaba con medio millón de libros en el siglo X. El mundo islámico, comprendámoslo, era una cultura refinada. Muchos comerciantes o intelectuales itinerantes usaban sus camellos como transporte de su biblioteca particular. Por motivos bien diferentes, Averroes transportó sus numerosos y preciados libros de medicina en su camino de regreso a la capital andalusí.
El Renacimiento supuso la eclosión de la biblioteca como institución y como lugar de acceso a la cultura. Los Medicis fundaron, en 1444, la primera biblioteca pública moderna con unos 10.000 volúmenes. Italia fue el gran centro del saber en los siglos XIV y XV.
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